viernes, 17 de abril de 2020

Lanzando el blog

Ha llegado el momento de iniciar este blog, una vez regresados a España, y revisado la obra fotográfica creada durante la travesía. Este blog diferirá de todos los míos anteriores en varios puntos, el primero de ellos esencial: en este blog sí señalaré las fechas de las distintas singladuras. Ello se debe a las especiales circunstancias que estamos viviendo desde hace meses a nivel mundial, debidas a la incidencia de la pandemia del Covid-19. Sin la referencia a fechas concretas, difícilmente se explican las situaciones que sufrimos y ciertas decisiones que tuvimos que tomar, entre otras la de finalizar la travesía en Callao (Perú) en lugar de continuar hasta Guayaquil (Ecuador).



Por otro lado, este blog lo iniciaré días antes del zarpe ya que estuvimos varios días embarcados en el PROS, sin poder partir debido a la espera de una reparación del molinete de ancla. Estos días de espera forzada también explican el hecho de que la tripulación estuviera formada finalmente por cinco miembros, y no siete como inicialmente estaba previsto. 

Y lo finalizaré varios días después del desembarco, al permanecer cuatro días en Lima antes de coger el vuelo de repatriación a España. Estos días en un hotel de la capital peruana también merecen ser narrados, con el fin de poder fijar bien la memoria de esta travesía. En efecto, como ya he expuesto repetidas veces, mis blogs tienen como objetivo - al menos para mi - el de fijar bien los acontecimientos en mi memoria, de forma que el "cuarto viaje", el recordado, sea lo mas parejo posible al "tercer viaje", es decir, al realmente efectuado.

Antes de iniciar este diario de navegación, he de agradecer - en mi nombre y en el de mis compañeros de travesía - el enorme apoyo y ayuda que nos han proporcionado tanto la Armada Española, como la Armada Chilena y la Marina de Guerra Peruana, en uno de cuyos puertos hemos podido dejar atracado el barco. Sin esos grandísimos apoyos esta travesía no hubiera sido posible.

También he de agradecer la gran ayuda de la Embajada Española y del Consulado General Español en Perú, que han facilitado la repatriación de la tripulación del PROS, bajo unas condiciones extraordinarias, jamas vividas con anterioridad. 

Por supuesto, el apoyo de la asociación a la que pertenecemos, AGNYEE, ha sido decisivo para el buen desenlace de esta travesía. Y finalmente, me gustaría agradecer a nuestro amigo, y compañero de esta circunnavegación, Alberto Morillo su gran ayuda, ya que gracias a sus gestiones en Lima hemos podido regresar pronto a Madrid.

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