martes, 21 de abril de 2020

Dia 5, Martes 10 de Marzo 2020

El barómetro sigue en los 1015 mb y hoy luce el Sol. La temperatura, a las 09.00 HRB, es 23º C, prácticamente igual a la de ayer, y la humedad relativa se mantiene en el 80%. Las duchas del club nos han regalado cinco eternos minutos de agua fría, aunque después se ha compensado con agua bastante caliente.



Al Islote Pájaros Niños han llegado esta mañana dos operarios del servicio de parques naturales, uno de los cuales iba con un traje protector EPI, sin duda para poder trabajar junto a las aves. El otro hombre se ha dirigido directamente al faro en la cúspide.



Después del desayuno - hoy, además de café, zumo y tostadas, hemos tomado un delicioso aguacate maduro -, he ido a la terraza del "Rincón del navegante", situada delante de los pantalanes. El equipo de limpieza ha continuado su labor a bordo, y era importante dejarles trabajar tranquilamente. En esa terraza, a la sombra hacía fresco, y al sol calor, pero era un sitio sin ruido donde pasar mis notas a mi cuaderno de bitácora. Al llegar, en una mesa vecina estaba Friqui hablando con Oswaldo, un marinero del náutico, que además de viajero por el mundo es poeta, y le estaba recitando algunas de sus creaciones.



Mas tarde, varios de nosotros hemos ido a la playa de El Canelillo, donde yo hoy no me he bañado. Mi experiencia de ayer ha pesado en mi ánimo, quedándome en la terraza tomando una cerveza. Algo mas tarde hemos tomado unas buenas empanadas chilenas a modo de comida.



Esta playa, junto a la de El Canelo, que es la mas grande de las dos, forma parte del Parque Nacional Canelo-Canelillo, donde existe una fauna y una flora muy diversas. Después de comer hemos regresado despacio al barco.



La tarde la hemos pasado charlando, esperando noticias sobre la entrega de la pieza del molinete en reparación. Parece que será mañana miércoles a mediodía cuando la instalen. Este retraso nos lleva a continuas conversaciones entre nosotros sobre los posibles escenarios para nuestra derrota. No estamos seguros si deberemos, o no, cancelar la escala en Antofagasta, pero todo apunta a que sí. Por otro lado, algunos tripulantes están recibiendo noticias preocupantes de España, lo que genera mas desasosiego en el equipo. Alfredo está en contacto con un buen amigo suyo, comandante de Iberia que hace "Chiles", y el cual le ha comunicado extraoficialmente que la compañía ha suspendido el vuelo del próximo viernes, siendo el de mañana el último vuelo regular que va a venir a Santiago. Esta noticia ha incrementado, de nuevo, la tensión de la tripulación, y algunos de sus miembros se plantean seriamente la posibilidad de abandonar la etapa R6.



Por otro lado, se está organizando el despacho de salida para mañana a mediodía, de forma que una vez montado el molinete, se reciba a bordo para su inspección a las autoridades de la Armada, la policía de fronteras PDI y los funcionarios de Aduanas.




A la hora de cenar, hemos ido a ver la puesta de Sol desde un chiringuito en la playa Tinajas, en medio de la población de Algarrobo. Después hemos entrado en el primer sitio que hemos encontrado abierto para cenar. Allí, sentados en torno a una larga mesa, nos ha comunicado Alfredo que abandona esta etapa R6 debido a su situación familiar, por los problemas del Covid-19 en España, y al hecho de que Chile cierre sus comunicaciones aéreas con nuestro país. Todos hemos entendido su postura, aunque desde luego sintiéndolo enormemente. Su marcha es una pérdida muy importante para esta tripulación. Alfredo no solo es un gran fotógrafo y escritor - autor de varios libros de gran éxito -, es decir nuestro "Pigafetta", sino también nuestro contacto con los medios de comunicación de los países que visitamos. Es un hombre con gran rapidez mental, con una conversación brillante y divertida, y con numerosas e interesantes anécdotas personales a sus espaldas. Gracias a su gran sentido del humor hemos podido llevar razonablemente bien la incertidumbre generada por el retraso en el zarpe. En esta situación tan excepcional como la que estamos viviendo, lo mejor es aceptar el que un miembro del equipo tome la decisión que él considere mejor a nivel personal. De esta forma, no solo él se quedará tranquilo, sino también el resto de la tripulación, que podrá navegar sin tanta tensión durante estas semanas que tenemos por delante. Al final de la cena, a pesar de la diferencia horaria con España, le han comunicado desde Madrid que ya tiene billete para el vuelo de mañana miércoles.

Tras la sobremesa, la mayoría hemos regresado al barco a descansar, aunque algunos han continuado con la sana costumbre del gin-tonic a medianoche.



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