viernes, 1 de mayo de 2020

Día 15. Viernes 20 de Marzo 2020. Arribamos a Bahía de Paracas

Eran las 03.00 HRB, hora de Chile y dos menos en Perú, cuando empezaba la segunda guardia nocturna, la que hoy nos tocaba a Fernando y a mí. Él me ha propuesto que cada uno hiciese una hora, descansando el otro mientras tanto, y alternándonos así las cuatro horas. Es una forma diferente de hacer estas largas guardias, y a mi me ha parecido bien. En cualquier caso, las primeras tres horas he estado despierto, aprovechando la segunda hora, mi hora de descanso, para tomar notas, etc. De música de fondo en esta guardia hemos tenido la voz de Mª Dolores Pradera.

Al empezar la guardia, las condiciones meteorológicas eran ligeramente distintas a las de ayer temprano. En efecto, la temperatura era un par de grados superior, en concreto teníamos 29ºC, la humedad relativa algo inferior, el viento era solo fuerza 2,  y una corriente mayor, de 1,5 nudos, en dirección NW.

Y estábamos en posición (15º 08´,4 S, 076º 29´,5 W), a unas 85 millas de Paracas. Nuestra velocidad era de 5 nudos, y el rumbo 015º.



Esta noche ha entrado el otoño, al igual que en el hemisferio Norte la primavera. Esto significa que nosotros hemos salido de España en invierno, hemos navegado en verano y otoño en el Pacífico, y regresaremos en primavera a nuestro país. Es decir, habremos pasado por las cuatro estaciones del año en solo 3 semanas.

Cuando José Luis nos ha relevado, a las 07.00 HRB (hora de Chile), ha metido motor ya que la velocidad había ido bajando, y el viento era inestable. Nosotros nos hemos retirado a nuestros camarotes a descansar un par de horas.

Después del desayuno, a las 10.00 HRB (siempre hora chilena), aprovechando el día soleado que teníamos, algunos tripulantes han hecho la colada, que han colgado a secar en los guardamancebos.



En esos momentos veíamos, a pocos metros a estribor, la típica imagen de "mar hirviendo", la que usualmente está motivada por la presencia de un banco de peces en superficie, que están siendo acosados, por debajo, por sus depredadores naturales.



Con una mar tranquila como la de hoy, se ha revisado el velamen, sobre todo la génova, corrigiendo algún pequeño defecto en su baluma.



A las 12.00 HRB hemos vuelto a tener problemas con el timón a estribor, teniendo que repetir la maniobra de estos días pasados: meter motor, aproarnos para arriar velas, y dar vueltas en círculos de forma que Fernando pudiese fresar con tranquilidad. Estábamos en (14º 22´,6 S, 076º 31´,5 W).

Una vez izadas las velas de nuevo, y a rumbo, Fernando ha puesto un CD con música variada, sonando de entrada el caribeño Bob Marley.



A continuación, hemos estado charlando en la bañera. Nuestro rumbo nos lleva directos a la Isla de San Gallán, situada frente a la Península de Paracas. Tres ésta está situada la bahía, nuestro destino de hoy. El tema de conversación era la recalada en ella.



Después, mientras Jorge cocinaba, Juan escribía la crónica diaria que hoy le tocaba a él. Y Fernando y José Luis revisaban el sector del timón en su compartimento bajo el camarote de popa.

A las 14.00 HRB Juan ha avistado tierra, gritando como corresponde "tierra a la vista". Era Punta Carreta, en el continente. Por los altavoces del barco sonaba, en ese momento, la maravillosa voz de Ella Fitzgerald, acompañando perfectamente el ritmo del PROS.

Veinte minutos mas tarde, Jorge sacaba a la mesa un delicioso pastel de berenjenas y atún, recién salido del horno.



Tanto por la suavidad de la masa bien horneada, como por el fantástico relleno, este es otro plato estrella de nuestro capitán-chef.



De todas maneras, el cocinero se nos ha quejado hoy de nuestros continuos aplausos a sus creaciones, ya que en su opinión, ésto le impide seguir mejorando en la cocina. Naturalmente, nosotros no estamos de acuerdo con esa queja suya.

A las 15.15 HRB, con una suave brisa de 4 nudos y poca mar, hemos vuelto a meter motor, aproarnos y arriar velas. En esta ocasión se trataba de revisar la funda de la mesana.



Poco a poco nos hemos ido aproximando a la Isla de San Gallán, cuya cúspide estaba cubierta de nubes. Esta isla es una importante reserva natural.



Y a las 18.30 HRB pasábamos por El Boquerón, el canal entre esa isla y la Península de Paracas, avistando focas nadando cerca del barco.



Estaba anocheciendo cuando hemos virado, arrumbando Bahía de Paracas.



Entrando en la bahía hemos recibido, a las 20.40 HRB por el canal 16, una llamada de la Costera de Pisco, pidiéndonos los datos del barco - nombre, eslora, etc. -, nuestro destino y los datos de todos los tripulantes: número de ellos, y de cada uno de nosotros el nombre, la nacionalidad y la edad. En un primer momento, la Costera nos ha negado el derecho de fondeo en la bahía por haberse cerrado totalmente el país. Nosotros le hemos alegado que estamos en tránsito hacia Callao, donde tenemos punto de atraque en la Escuela Naval militar de Perú, y tenemos averías a bordo que precisan reparación, al menos de fortuna, por lo que no podemos seguir navegando. Ante nuestra insistencia, y seguramente tras haber contrastado la información sobre nuestro destino, nos ha preguntado por la agencia consignataria que hemos contratado en Callao. Y nos han pedido que le enviásemos la documentación correspondiente a nuestros datos. Vía email se les ha pasado un mensaje con los datos del barco, del destino y de la tripulación, además de los datos sobre la consignataria.

Tras un largo intercambio de llamadas, la Costera ha accedido finalmente a nuestro fondeo, dándonos un triángulo de posición en la bahía para que anclásemos en él. Al preguntarles nosotros por la profundidad en dicho triángulo, nos han respondido que 29 metros, profundidad adecuada para un mercante, pero no para un velero de 21 m de eslora, y solo 100 m de cadena. Ante nuestra queja, el práctico del puerto General San Martín de esta bahía, que estaba escuchando por radio nuestra conversación, le ha dicho al marinero de la Costera que nosotros "eramos un bote de recreo", lo que aquel ha entendido perfectamente. Entonces nos ha dado un nuevo triángulo de posición, con solo 7 m de profundidad. 

Hemos fondeado a las 21.30 HRB en mitad de la bahía, muy alejados de todas sus orillas, y por supuesto de la posición que nos había recomendado nuestro amigo AlbertoM. La situación era exactamente (13º 48´,8 S, 076º 16´,3 W).

La cena ha consistido en "una picada", un picoteo, a base del delicioso foie gras que llevamos a bordo, con tostadas y vino blanco chileno. Tras encender las luces de bañera, para dejarlas encendidas toda la noche, nos hemos retirado todos a descansar. Al estar anclados, esta noche no hacen falta guardias nocturnas.

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