lunes, 4 de mayo de 2020

Día 18. Lunes 23 de Marzo 2020 Arribamos a Callao

Hoy a la media hora de entrar de guardia, a las 03.30 HRB, estábamos en la situación (12º 24´,9 S, 077º 04´,2  W), a 22 millas de Callao. Seguíamos con poco viento, del SE, y marejadilla de fondo, con una corriente de 0,6 nudos dirección NW. La guardia terminaba a las 07.00 HRB, así que he descansado un rato, para regresar enseguida a la cubierta. Estábamos aproximándonos a Callao, dando resguardo a los numerosos bajos que existen en su proximidad.



A las 08.00 HRB hemos arribado a la rada de El Callao, justo a la hora que habíamos estimado. En ese momento hemos llamado por el canal 16 a la Autoridad Portuaria para que nos indicasen el lugar de fondeo.


Nos han enviado a la Zona I, de los mercantes, según había solicitado nuestra agencia consignataria. En el primer momento nos han enviado a una posición en la que la profundidad era superior a los 20 m, por lo que hemos tenido que señalarles que somos un velero de 21 m de eslora, cuya cadena no da para esa profundidad.



Tras nuestra protesta, han corregido la posición, asignándonos otra, también en la Zona I, pero con una profundidad menor, y muy cerca de los grandes pesqueros. Toda la amplia flota pesquera estaba fondeada, inmóvil.



A las 08.30 HRB, una vez anclados, la autoridad portuaria nos ha comunicado que la lancha del médico, para la inspección de sanidad, había salido hacia nuestra posición. Una hora después hemos llamado para saber qué pasaba con el médico, cuya lancha no había llegado. Y después de otra hora y media, hemos vuelto a repetir la llamada ya que el médico seguía sin llegar. La respuesta, muy amable, siempre era la misma: la lancha del médico ya estaba camino del PROS.



Sin embargo, por nuestro entorno, bien escudriñado por Juan, apenas han pasado barcos, y generalmente eran remolcadores o de los prácticos portuarios.



Frente a Callao está la Isla de San Lorenzo, que es una importante reserva natural. En su ladera oriental se ve un grabado moderno al estilo tradicional de los grabados de Nazca. Es evidente que éstos grabados forman parte de la identidad peruana.



Finalmente, a las 12.00 HRB se ha acercado una lancha de la Marina Peruana, que se ha abarloado a nosotros, justo el tiempo necesario para que el médico y su ayudante pudieran saltar a nuestra cubierta.



Tanto el médico como su ayudante venían con trajes protectores EPI y mascarilla y guantes. Nada mas saltar ellos al barco, la lancha se ha separado de nuestro costado, alejándose unos metros. Nosotros nos hemos sentado con él y su ayudante alrededor de la mesa en la bañera. Al ver el velero, y la composición de la tripulación, nos ha confesado que según la información que le habían pasado, el PROS debía ser un buque de guerra español, con decenas de marinos, y al que ellos debían inspeccionar. El Dr. Shimohira nos ha pedido, uno a uno, nuestros datos: nombre y apellidos, edad, nacionalidad, lugar de residencia, estado vacunal, etc., así como la fecha y lugar de embarque en el PROS, fecha de zarpe y nuestra derrota desde Algarrobo.



Por nuestra parte, el portavoz ha sido José Luis, aunque el médico nos ha preguntado a cada uno de nosotros cuando lo ha considerado pertinente. Nosotros también le hemos explicado nuestro proyecto "Tras la Estela de Elcano", y sus diferentes etapas. El Dr. Shimohira también nos ha contado anécdotas relacionadas con epidemias, en las que es una eminencia médica, y sobre esta situación pandémica que estamos viviendo. En total, este equipo médico ha permanecido una hora a bordo, siendo una visita muy agradable e interesante. Al despedirse, nos ha dado la libre plática sanitaria, que él ha confirmado después por radio a la autoridad portuaria en su regreso a puerto.


Ya solo nos quedaba esperar a que dicha autoridad portuaria nos indicara el procedimiento a seguir, ya que hoy era el día previsto para nuestro atraque en puerto, y desembarco. La espera se nos ha hecho eterna.



A las 14.30 HRB hemos recibido, por fin, la llamada esperada de la autoridad portuaria, siempre por el canal de trabajo 13, dándonos instrucciones. En primer lugar, debíamos cambiar nuestro fondeo, anclando provisionalmente en la zona de yates, unas tres millas al Sur. También nos han indicado que debíamos llamarles en el momento de la leva de ancla, después justo antes de empezar a cruzar el canal de entrada al puerto, al terminar de cruzarlo y por último al fondear en la nueva posición. Y así hemos procedido.



A las 16.45 HRB hemos fondeado en el límite del campo de boyas del Club de Yates Peruano, quedando a unos 250 m de la bocana del puerto de la Escuela Naval militar peruana, nuestro puerto de destino.



Estábamos cerca del paseo marítimo de Callao, donde las calles se veían vacías, sin tráfico alguno. Es evidente que los países han quedado "sedados", a la espera del transcurso del tiempo.




Por la tarde, en un nuevo contacto con las autoridades portuarias, éstas nos han comunicado que no es posible nuestro atraque en la Escuela Naval militar antes del miércoles 25. La razón es que se nos aplica una cuarentena de dos semanas desde el zarpe. Esto contradecía la información que teníamos previamente, y ha supuesto un nuevo cambio, y enorme, en nuestras expectativas. Y si no hay atraque, no hay desembarco de la tripulación.

Naturalmente, esto nos ha generado una gran frustración, con los consiguientes intensos intercambios de pareceres entre nosotros. La superación de ese impacto emocional ha sido facilitada, en gran medida, por la deliciosa pasta con salmón que ha preparado José Luis para nuestra tardía comida de hoy. Ya en la sobremesa hemos mantenido divertidas conversaciones, las cuales han elevado nuestro estado de ánimo. La gestión del cambio emocional es algo intrínseco a todo navegante, puesto que las adaptaciones necesarias en su derrota, debidas a cambios imprevistos en las condiciones externas, son algo frecuente.



Además, nosotros tenemos el grave problema de la carencia de agua dulce, por lo que hemos hablado con la consignataria para que nos abastezca de ella. Como el contacto con la consignataria no es siempre fácil, ni claro, hemos aprovechado esa llamada para pedirles que nos traigan también unas tarjetas sim de un operador de telefonía local.


Por la noche, para cenar, Jorge nos ha preparado unas berenjenas con queso fundido y tomate al horno, que estaban francamente sabrosas. Y acompañadas de buen vino chileno han estado deliciosas.

Para acabar el día, hemos visto, en la pantalla TV del salón, la película "Master&Commander", aunque ya la conocíamos todos nosotros. José Luis ha insistido en verla en versión original, para escuchar bien la voz propia de cada actor. A mi el cansancio de un día tan largo e intenso me ha podido: me he dormido durante la proyección, así que me he levantado y retirado al camarote. 

Hoy tampoco hacen falta guardias nocturnas.

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