En mis epílogos, suelo hacer un resumen de la travesía, además de expresar mi reconocimiento, y agradecimiento, a aquellos que han hecho posible mi participación en ella, así como a aquellos tripulantes con los que he compartido esos días de mar.
En esta ocasión, el mejor resumen de esta travesía es el que AGNYEE ha publicado en su página web como "Crónica de la Etapa R6", del proyecto de circunnavegación "Tras la Estela de Elcano". Y a ella me remito, para no duplicarme, en: www.agnyee.com
La que iba a ser una travesía institucional, desde Valparaíso (Chile) hasta Guayaquil (Ecuador), se convirtió en una travesía de supervivencia en medio de un mundo atacado por una pandemia.
La travesía se inició en Algarrobo, un agradable puerto al Sur de Valparaíso, y algo más tarde de lo previsto inicialmente. Por ello, hubo que anular la escala prevista en Antofagasta para así ganar tiempo y llegar a destino en la fecha programada. Y siguiendo la previsión meteorológica, la derrota mas rápida era adentrándonos en el Pacífico hasta alcanzar el meridiano de Lima.
Finalmente, tuvimos que concluir la travesía en El Callao (Perú), a unas 800 millas al Sur de Guayaquil, al haberse cerrado estos dos países totalmente, y por tanto también al tráfico marítimo. Al final, fueron menos días de mar de lo previsto, pero no por ello menos intensos. El Pacífico Sur se ha comportado muy noblemente, como bien refleja su nombre. Al menos en esta época del año, a finales del verano austral, este Oceano se comporta como F. Magallanes le bautizó.
Es verdad que este proyecto de circunnavegación ha sufrido un parón, inesperado, pero confiemos en que pronto pueda volver a ponerse en marcha. Las holguras de fechas que existen, marcadas por el viaje de hace 500 años, permitirán sin duda completar el proyecto en el plazo establecido de tres años.
En aquella "Crónica de R6", al igual que en la `página´ "Lanzando el blog", que aparece al comienzo de la narración de esta travesía, hago mención al enorme apoyo y ayuda de las instituciones oficiales españolas, chilenas y peruanas, así como de nuestro buen amigo AlbertoM. Todos ellos, junto a AGNYEE, han hecho posible que esta travesía haya sido una gran experiencia.
Sin embargo, creo que en esa crónica no he resaltado suficientemente la extraordinaria tripulación con la que he compartido estas casi cuatro semanas por el Pacífico Sur. Ha sido una experiencia muy intensa, inolvidable, cuya dureza ha sido mitigada por el carácter de estos cuatro magníficos compañeros de tripulación. En efecto, tanto el capitán JorgeM, como FernandoFdM, JoseLuisZ y JuanC han sido unos extraordinarios compañeros antes del embarque, durante la travesía y después de desembarcar en El Callao.
Nuestra experiencia hace mas admirable aquellas navegaciones al Nuevo Mundo y a las Islas de las Especias, a través de desconocidos mares en los siglos XV y posteriores. Aquellas eran durísimas travesías, con tripulaciones escogidas, en gran parte, a base de levas, sin el cuidado que se ha tenido en este proyecto nuestro. Y desde luego en embarcaciones sin las comodidades del PROS. La verdad es que aquellos navegantes tenían un mérito increíble, hasta límites difíciles de imaginar hoy en día.
Y no es solo el magnífico carácter, con un extraordinario sentido del humor, de estos cuatro tripulantes de R6, sino también sus habilidades extra marineras, gracias a las cuales hemos tenido estupendas vivencias a bordo. Entre esas capacidades, y habilidades, hay una que destaca sobre todas las demás: la excelente calidad como cocineros de Jorge y José Luis. Ambos han elaborado múltiples platos, todos ellos diferentes, y muy sabrosos. En largas travesías la cocina es muy importante, fundamental diría yo. Aunque, como todos sabemos, a bordo el gusto se potencia, y la comida sabe mucho mejor que en tierra firme, cuando la cocina es excelente, la experiencia es fantástica. Y más cuando la tripulación ha de enfrentarse a problemas extra náuticos.
Por otro lado, tenemos la gran habilidad y experiencia de Fernando como mecánico", la cual junto a su profundo conocimiento del barco, le ha permitido afrontar con éxito complicadas reparaciones a bordo, incluso con fuerte marejada e intensos vientos. Y de Juan "el Jóven", me gustaría señalar su enorme disposición a participar en todas las tareas a bordo, incluyendo las necesarias reparaciones, facilitando así el trabajo de sus compañeros. La verdad, es que, sin esta magnífica tripulación, la travesía hubiera sido bastante dura.
También he de agradecerles a todos ellos la revisión de estos textos, con acertadas matizaciones, además del material fotográfico que han aportado, el cual ha completado muy bien el mío propio. A pesar del cariñoso apodo que Jorge me puso - "el Notario" -, mis notas no siempre eran exhaustivas, faltando a veces algun dato relevante.
No me gustaría finalizar este epílogo sin agradecer a mi familia su incondicional apoyo, en todos los órdenes, y en unas circunstancias - tanto suyas como mías - difíciles de imaginar.
Y ya solo me queda desear muy buena mar y mejores vientos a los navegantes de AGNYEE, que nos releven en el PROS para hacer la siguiente etapa R7, antes de adentrarse en el Pacífico en demanda de las Islas de las Especias.